jueves, 3 de abril de 2014

Mi Cesárea y mi PVDC... Reflexiones

Sufrí mucho cuando, hace 5 años, me hicieron una cesárea... sufrí en ese instante, sufrí después y a veces sufro hoy... 



Seguramente, si te hicieron cesárea innecesárea y has despertado tu consciencia, sabiendo que te robaron tu parto, te sentirás un poco como yo... a veces enfadada, triste, molesta, estafada, engañada... porque alguien te arrebató ese instante maravilloso que nunca conocerás.

¿Se puede echar de menos algo que nunca sucedió? Por supuesto que si... y divagas y piensas e imaginas cómo hubiera sido tu parto, vuestro parto... sueñas que empujas, que le atrapas entre tus brazos y que nadie va a arrebatártelo nunca, y entonces despiertas.

Y un buen día, aparece otro positivo.. vas a volver a ser mamá. Esta vez piensas que nadie va a quitaros vuestro momento, sabes que eres capaz de parir, estás hecha para parir. Piensas que con este parto se curará tu trauma, tu cicatriz emocional. Piensas que cuando vivas ese momento, todo se habrá curado... los miedos, la angustia... y lamento decirte que, te equivocas.

La cesárea no se cura pariendo... la herida emocional siempre estará ahí, como una sombra que te visita de tanto en tanto. Son momentos diferentes, hijos diferentes, partos diferentes... incluso mujeres diferentes. Yo también pensé durante mucho tiempo que me curaría viviendo mi parto, pero no ha sido así... Porque mi primer parto siempre será un parto robado y sólo con una máquina del tiempo podría, tal vez, evitarlo...

Y ni siquiera rebobinado mi vida (como tantas veces he imaginado) porque sin duda sin esa cesárea, no sería la mujer que soy hoy.
Mi cesárea, mi herida, se ha curado (si es que está curada) hablando, recordando, cerrando la herida despacito, con las chicas de "al rojo vivo" a las que estoy muy agradecida y con Gabriella Aviva Bianco. Nunca podré volver atrás, pero ya no importa...

He dejado de obsesionarme en cómo habría sido porque fue lo que fue y  no podría haber sido de otra forma.
Hoy, ya no me culpo, al contrario, estoy agradecida a esa niña que fuí ese día, dejando "hacer" o más bien, "deshacer" a los "profesionales" que me atendieron... porque sin esa herida, sin ese miedo, no sería la madre, ni mujer, que soy hoy.

1 comentario:

  1. A mí me pasó lo mismo y siento lo mismo que tú. No siempre las mujeres hablan de esto, y deberían. Creo que incluso al embarazarse deberían plantearse esta situación: ¿y si tu médico te convence de algo que no te hace feliz? ¿cómo no sentirte sola en ese momento? ¿cómo tomar la decisión que menos te dolerá?

    Yo tampoco cambiaría el pasado, y a veces la herida se abre emocionalmente para recordarme lo que nunca tendré.... ese bello instante.

    Gracias por tus palabras. Me hacen sentir más comprendida y menos sola.

    ResponderEliminar